miércoles, 18 de julio de 2007

VOLABAN TUS MANOS...



Volaban tus manos y se escuchó un rumor de alas,
medían sus dedos el volumen de mi espera,
cubriendo con rosa espuma la dirección del alba,
trizando el mandato de mi soledad severa.

Rodaba…rodaba la luna por el cielo cazando sombras,
mientras tu rostro se dormía en las barbas del silencio
girando junto al viento que ayer desató todas las barcas,
hundiéndolas en el fuego secreto y genital de las arenas.

Pero a tus manos no las borra el tiempo,
van, vienen, reverberan como las pálidas abejas
cuando el estío se instala intacto sobre el azul del mundo.

A veces, se entrelazan en la aritmética del día,
con ecuaciones más duras que el sueño de una piedra
Y al cernirse sobre mí, me devuelven al instante tú rostro

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