miércoles, 18 de julio de 2007

VACILAMOS POR EL ÁRIDO...


Vacilamos por el árido y álgido universo
discurriendo bajo la dádiva del libre albedrío;
merodeamos altares, levantamos cruces, escalamos muros,
afanándonos en la búsqueda del cálido sosiego.

¡Pero hay cuando la vida nos acerca sus crueles formularios!
pidiéndonos respuestas que sólo admiten, una coma herida
¿Quién nos ayudará a contestar sus preguntas?
¿Quien acatará el consejo del que ya ha sufrido?

Sólo el dolor y la urgencia nos venderán claros manuales
escritos en arduas páginas rubricados a sangre, y ruego.
Hasta que un día se terminan los exámenes…

Y vengan a llevarnos los puntuales gendármenes sigilosos,
adiestrados por premiados coroneles de negros blasones,
conseguidos en cuarteles infectados, por un millón de sepulturas.

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