miércoles, 18 de julio de 2007

AMOR, AMOR, HUYAMOS...

Amor, amor, huyamos de la tierra sombría.
Viajemos por la vasta red del universo,
a buscar los alegres planetas diminutos.
Habitados por claveles purpurados de rubéola.

Allí, los saleros y los azules manteles;
nos abrirán pequeños mares derramados por las mesas.
Allí, seremos espigas coronadas por la aurora;
o quizás ruiseñores volando del cielo al día.

No habrá vara que toque nuestros rostros con malicia.
Andaremos desnudos por caminos sin señales.
Nada ni nadie, socavará nuestra dicha.

Y al llegar la noche, sosegados por los dones del abrazo.
Pasearemos por las islas de perennes primaveras.
Gobernadas por jazmines que no saben de espadas ni trabajos.

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