miércoles, 18 de julio de 2007

HUNDIDO EN LA CÓNCAVA SENTINA



Hundido, en la cóncava sentina de mis ojos
Veo levitar mi pena. ¡OH alma dormida!
Adoro entre otras, cosas tu boca de cereza
Tu pelo enredado, en las fauces del viento

Aunque sé que ambas cosas son imposibles
Reinas en la azotea de mi existencia
Con macetas repletas de cereales duraderos
Mis ojos no distinguen la luz del sol

Si primero me mirásteis fijamente
¡Eres lo que quiero! y ¿lo que no debo?
Pero en el fondo de las cosas, no importa

Te besaré en silencio, dormido, casi inocente
Creyendo por un efímero instante
Que mis labios rozan, la frente de un niño

No hay comentarios: