DORMIDA eres tan áurea como el ámbar dormido,
y en el temblor de tus pestañas, veo renacer tus infinitos sueños,
dormida eres irresistiblemente nocturna,
etérea, dorsal, como un archipiélago fundado con espumas.
Dormida vas buscando la luz azul de tu universo,
y al reposar mis dedos sobre tus lánguidos ojos,
siento el pulso de un ancho y caudaloso río,
que me arrastra incesante, hacia la brusca corriente de los besos.
Y mientras te despiertas de tus sueños ya soñados,
mi ciego corazón confirma tu presencia,
a través de la adicciòn crepuscular de tu mirada.
Sueña bienamada, sigue, sigue soñando!
hasta que anclada entre tus brazos y mi sombra,
mi boca corone embriagada, la cima dormida y dulce de tus labios.
y en el temblor de tus pestañas, veo renacer tus infinitos sueños,
dormida eres irresistiblemente nocturna,
etérea, dorsal, como un archipiélago fundado con espumas.
Dormida vas buscando la luz azul de tu universo,
y al reposar mis dedos sobre tus lánguidos ojos,
siento el pulso de un ancho y caudaloso río,
que me arrastra incesante, hacia la brusca corriente de los besos.
Y mientras te despiertas de tus sueños ya soñados,
mi ciego corazón confirma tu presencia,
a través de la adicciòn crepuscular de tu mirada.
Sueña bienamada, sigue, sigue soñando!
hasta que anclada entre tus brazos y mi sombra,
mi boca corone embriagada, la cima dormida y dulce de tus labios.
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