martes, 6 de noviembre de 2007

TÚ Y YO


Tú y yo, y mí mano merodeando a tu vejiga.
Pero es tu mirada la que reparte la articulación
de mi risa o los invisibles resultados del llanto!
Por eso amor, cuando en la noche constelada grité tu nombre,

brotó el recuerdo de tu dulce voz en la cocina,
hasta oír en el aire un rumor de hojas rotas
o el chasquido de una cálida sustancia que se inflama.
Tú y yo debemos continuar ardiendo en este fuego celeste,

hasta que el último día, consuma nuestro sueño y territorio;
hasta que cuna y sepultura se unan en un solo abrazo;
hasta que el amor se petrifique en los corazones quemados.

Tú y yo combatiendo solos al jengibre entre los labios.
Tú y yo resucitando la feliz brasa azul del sueño,
hasta ser y no ser, sino dos espigas mudas en las sombras